martes, 18 de junio de 2013

Promover el trabajo colaborativo, pensamiento critico y destrezas del siglo XXI como medio para construcción de saberes

Sabemos que hoy en día tanto como el trabajo colaborativo, el pensamiento y las destrezas son lo nuevo en el  Siglo XXI, como el uso de las tecnologías.


Para promover una construcción de saberes es necesario tomarlos en cuenta.

El trabajo colaborativo se refiere a la actividad de pequeños grupos desarrollada en el salón de clase. Aunque es más que el simple trabajo en equipo por parte de los estudiantes, la idea que lo sustenta es sencilla: los alumnos forman "pequeños equipos" después de haber recibido instrucciones del profesor. Dentro de cada equipo los estudiantes intercambian información y trabajan en una tarea hasta que todos sus miembros la han entendido y terminado, aprendiendo a través de la colaboración.

 Lo que antes era una clase ahora se convierte en un foro abierto al diálogo entre estudiantes y entre estudiantes y profesores, los estudiantes pasivos ahora participan activamente en
situaciones interesantes y demandantes.


1. Cooperación. Los estudiantes se apoyan mutuamente para cumplir con un doble objetivo: lograr ser expertos en el conocimiento del contenido, además de desarrollar habilidades de trabajo en equipo. Los estudiantes comparten metas, recursos, logros y entendimiento del rol de cada uno. Un estudiante no puede tener éxito a menos que
todos en el equipo tengan éxito.

2. Responsabilidad. Los estudiantes son responsables de manera individual de la parte de tarea que les corresponde. Al mismo tiempo, todos en el equipo deben comprender todas las tareas que les corresponden a los compañeros.

3. Comunicación. Los miembros del equipo intercambian información importante y materiales, se ayudan mutuamente de forma eficiente y efectiva, ofrecen retroalimentación para mejorar su desempeño en el futuro y analizan las conclusiones y reflexiones de cada uno para lograr pensamientos y resultados de mayor calidad.

4. Trabajo en equipo Los estudiantes aprenden a resolver juntos los problemas, desarrollando las habilidades de liderazgo, comunicación, confianza, toma de decisiones y solución de conflictos.

5. Autoevaluación. Los equipos deben evaluar cuáles acciones han sido útiles y cuáles no. Los miembros de los equipos establecen las metas, evalúan periódicamente sus actividades e identifican los cambios que deben realizarse para mejorar su trabajo en el futuro.


El pensamiento crítico trata de ir mas allá de lo que son las impresiones y valores particulares, que se van desarrollando gradualmente desde los primeros años escolares, tomando en cuenta el ámbito educativo del niño y su propio entorno fuera de él.
En cuanto al nivel básico, específicamente la primaria, el desarrollo de este tipo de pensamiento empieza a manifestarse si es que se ha recurrido a prácticas que lo promuevan, es decir, actividades en las cuales los alumnos tengan la posibilidad de ejercer su propio criterio e incluso dudar de lo que el maestro dice si así le parece. Por ejemplo, cuando se ejercita el debate, el niño puede argumentar, de acuerdo a la realidad en la que se encuentre, en pro o en contra de lo que él piense que es correcto.

Este tipo de prácticas no se logran de la noche a la mañana, si nos encontramos en un contexto en el cual los alumnos y en general las personas que los rodean están acostumbradas a no cuestionar lo que se les dice y a estar siempre en actitud pasiva ante lo que los rodea.
En este tipo de situaciones, el educador enfrentará un gran reto y tendrá que armarse de mucha tolerancia pues probablemente aunque promueve diversas actividades en pro del pensamiento crítico, los resultados no serán los esperados, pero si dentro de ello se obtiene al menos a una persona que se encamine en esta ruta, podemos darnos por satisfechos pues a partir de ella podrán promoverse otras más.

Para lograrlo, menciona seis destrezas cognitivas del pensamiento crítico, a saber:

“Análisis.-
Exploración de los argumentos, preguntas, enunciados, para establecer sus relaciones.

Inferencia.-
Deducciones, conjeturas y conexiones de elementos para llegar a una conclusión razonada.

Interpretación.-
Distinguir los elementos que explican una experiencia, evento o situación.

Explicación.-
Esclarecimiento de un concepto, teoría presentando sus resultados en forma coherente.

Evaluación.-
Capacidad de verificar la autenticidad o no de un enunciado, una sentencia o una observación.

Autorregulación.-
Codificar conscientemente los resultados obtenidos en el procesamiento de las ideas, juicios, evaluaciones, análisis, etc

Cada una de estas destrezas cognitivas, deben ser aplicadas a las actividades cotidianas del ser humano, entre ellas en el ámbito educativo y sus actuales desafíos como incorporar las tecnologías de información y comunicación (tics)